Tres de cada diez personas en el mundo no tienen acceso a agua potable segura y la escasez de este recurso irá aumentando en paralelo con el crecimiento de la demanda y la intensificación de los efectos del cambio climático. Así lo alerta el nuevo informe mundial de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos, No dejar a nadie atrás, publicado este martes. La pobreza, destaca el estudio, desempeña un papel decisivo a la hora de determinar la discriminación. Mujeres y niñas; minorías étnicas, religiosas y lingüísticas; migrantes y refugiados corren los mayores riesgos de quedarse rezagados. La discapacidad, la edad y el estado de salud también pueden influir.
LEER ARTÍCULO >